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Se dio a conocer en aquel Santos donde tenía como socio a Robinho, allá por el 2003 cuando perdieron la final de la Copa Libertadores ante el Boca de Tévez. Luego pasó por el Porto, el Werder Bremen hasta recalar en la Juve. Un futbolista con buena visión de juego y pegada, pero que se tira todo el tiempo al piso. La verdad, es insoportable ver a un tipo que corta el juego con sus mañas. Pero bueno, ya sabemos que muchos jugadores brasileños tienen predilección por la actuación. Y lo peor de todo es que en algunas oportunidades son tan malos actores que es increíble como los árbitros les cobran faltas inexistentes. Porque es feo cuando un partido es cortado por culpa de violencia de los defensores o mediocampistas de un equipo sobre el que ataca. Pero también es horrible ver a tipos que buscan el engaño constante y que quieren sacar tajada a cualquier contacto.
Diego lo hace en cada partido que disputa con su equipo en el campeonato italiano. Además, hacía lo mismo cuando jugaba para la selección brasileña. Para alguien que no se pone colorado para sacar ventaja, este post es para Diego, un gran émulo de Douglas Fairbanks.
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